Si las princesas hubieran usado Tinder, María Monrabal

¡Hola, hola! Hoy os traigo un libro con un título que no deja indiferente a nadie. ¿Quieres saber más? Empecemos…

Gracias a la editorial por el envío del ejemplar

Título original: Si las princesas hubieran usado Tinder

Autor: María Monrabal

Editorial: Vergara

Año de publicación: 2020

Páginas: 384

Saga: No

ISBN: 978-84-18045-06-6

SINOPSIS

Aceptémoslo. El amor cambió desde el momento en el que escoger a una persona con quien tener una relación, un rollo o echar un polvo quedó relegado al gesto de deslizar el índice a izquierda o derecha. Pero puede que simplificar tanto las cosas nos conceda el poder instantáneo de atrevernos a ser nosotros mismos, despojándonos de miedos y empujándonos a querer a nuestra manera, que es, en definitiva, la mejor forma de hacerlo, por ser la más sincera.

Esto es, entre otras cosas, lo que descubre Paula cuando llega a Madrid. Una ciudad donde aterriza para hacerse un hueco como redactora de moda. Un lugar en el que todos andan buscando respuestas y donde ella acaba encontrando a Gonzalo.

¿Podrá el amor en la era Tinder ser tan apasionado, romántico y feliz como esperamos?

OPINIÓN

Reconozco que lo primero que me llamó la atención de este libro fue el título, ¿no es maravilloso? Luego pensé que sería un poco la broma de qué pasaría si, realmente, las princesas hubieran tenido Tinder. Pero nada más lejos de la realidad. Esa es simplemente una frase del libro que, por cierto, es muy acertada. Aun así, después de leer la sinopsis, ¿cómo no iba a querer leerlo? Venga, empecemos.

Paula trabaja en Vogue como redactora de moda en el blog de la revista. Lleva ya un tiempo en Madrid y no puede quejarse de la vida que tiene. Pero un día, a raíz de una conversación con una amiga, decide abrirse Tinder sin ningún tipo de pretensión, simplemente para probar y ver cómo van las cosas. Lo que no espera es conocer a Gonzalo, un barcelonés afincado en Madrid que trabaja en publicidad. Pero no todo va a ser tan sencillo como pueda parecer y las cosas van a acabar, en cierto punto, torciéndose más de lo esperado.

Y… ¡hasta ahí voy a contar! Creo que, incluso, he desvelado más de lo que debería, pero así os pica el gusanillo, lo leéis y me decís qué os parece.
La cuestión es que el libro consigue hacerte pensar. Todos conocemos a alguien que se ha hecho Tinder, si no hemos sido nosotros mismos. Al fin y al cabo, vivimos en una época en la que acabamos con nuestras

esponsabilidades (trabajo, gimnasio…) tan tarde que no vemos el momento de conocer a alguien. Y, ¿para qué mentir? Tinder te lo pone fácil, ¿no? Una foto, un texto, deslizar hacia un lado u otro según te guste o no la persona, una conversación rápida y luego, ¿qué? Todo es inmediatez.

A través de Paula vemos cómo, en general, nos comportamos cuando conocemos a un chico. Ese enamoramiento. Esos momentos en los que juntas ambos apellidos para ver cómo quedan vuestros nombres juntos… Y todo viendo un patrón con las anteriores relaciones. Además, nos volvemos un poco locos e intentamos evitarnos el sufrimiento intentando no dejarnos llevar del todo y no permitiéndonos sentir lo que en realidad sentimos. Así pues somos los que ponemos nuestras propias piedras en el tejado de lo que estamos construyendo, poniéndole trabas a los sentimientos y al amor.

Una de las cosas que se comentan a lo largo del libro es lo fácil que sería si dijésemos las cosas más claras. Al final, nos evitaría sufrimiento. Y es algo que vemos con personajes secundarios como Andrea, la amiga de Paula, que lleva pillada por un chico meses pero él, en vez de aclarar que solo son amigos y que no quiere más, ayuda a alimentar cómo se siente ella con respecto a él y a su posible relación.

Pero, aunque el libro sea sobre el amor, trata más temas, como la proyección laboral, la ambición, etc. Que sí, que hablar de amor es maravilloso, y al final vemos muchos tipos de relación: los que quieren estar juntos pero no saben, cuernos, personas que no aceptan que la otra solo quiere sexo… ¡Hay de todo! Y, de verdad digo, que está de lujo leer todas las situaciones habidas y por haber, pero me ha parecido muy interesante el punto de vista laboral. Al final es un punto que crea situaciones que propician otras que llevarán a puntos de inflexión de lo más relevantes a lo largo de la historia. Además de mostrarnos cómo es el mundo de la moda.

He de decir que los personajes me han gustado un montón. Paula por su forma de ser, con la que es fácil sentirse identificada, pensar como ella (no en todo, por supuesto). Además, algo que me gusta especialmente de ella es que habla con sus amigas y les cuenta las cosas. Incluso trata de darles consejos pensando en cómo actuaría ella misma pero sin imponer nada, simplemente dando una opinión.

Gonzalo por su parte es un chico que se ha ido labrando un futuro y que ha visto que puede despuntar en su sector. Es trabajados, atento, tiene los pies en la tierra. Son elementos que parecen que no, pero ayudan a comprender mejor al personaje. Como en cierto momento al principio de la novela en el que Paula le cuenta algo y él se comporta normal. Gracias, señor.

Creo que puedo decir, sin lugar a dudas, que he disfrutado mucho de la historia tras las páginas. En muchos momentos me he sentido identificada con situaciones que se creaban en las que puede que haya tomado decisiones parecidas o no, pero que, al final, te hacen plantearte cosas. Y más después de ponerte a leerlas.

La fluidez a la hora de redactar, las situaciones tanto cómicas como tensas, los momentos bonitos y los no tanto, han hecho del libro una novela ideal para pasar un rato divertido y amargo. Ambos porque así es la vida: una rosa llena de espinas.

Y quiero terminar con una frase que sale en el libro y que me ha parecido que hay que tener en cuenta y saber apreciarlo: «A veces conoces personas que están durante años en tu vida y pasan sin dejar mucho rastro, y luego están esas, esas que en segundo pueden arrasar con todo. Conexiones tan especiales que hacen que todo lo demás cortocircuite».

Un libro con mensajes como este que invitan a reflexionar y, sobre todo, a vivir el momento sin pensar en lo que podría pasar. Disfrutemos de ello.

¿Os ha gustado? ¿Os apetecería leerlo? ¡Dejad un comentario y hacédmelo saber!

Love,

Alex.

Un comentario en “Si las princesas hubieran usado Tinder, María Monrabal

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.